Compilació i coordinació del llibre "Perifèria o marginalitat", editat per l'Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet
Càrrec: Cap del servei d’urbanisme de l’Ajuntament de Santa Coloma de Gramanet
Publicació: 1987
Ficha tècnica
Títol: Perifèria o marginalitat. Tres anys d’urbanisme municipal a Santa Coloma de Gramenet
ISBN: 978-84-505-5749-7
EAN: 9788450557497
Editorial: Ajuntament de Santa Coloma de Gramenet
Autor/a: Navarro Acebes, Ferran
Format: Piel / Lujo
Idioma de publicació: Català
Dimensions: 300 x 230 mm.
Nº pàgines: 120
Data publicació: 01-06-1987
Matèries: Arquitectura
Menció especial del jurat dels «Premios Periodísticos sobre temas de Urbanismo 1987″ (MOPU)
LA CIUDAD Y SU LUGAR
SITUACIÓN PERIFERICA Y MARGINALIDAD URBANA.
Es usual que, para definir y calificar las características de la ciudad de Santa Coloma, se usen adjetivos como suburbial, ciudad dormitorio, marginal, periférica. Sin embargo, se trata siempre de la misma ciudad y de la misma situación, se intenta definir con una palabra la acumulación de déficits y desequilibrios más importantes que se han producido en toda su historia.
Para averiguar los aspectos específicos que caracterizan la situación urbana de Santa Coloma, haría falta aclarar antes lo que entendemos por dos conceptos que a menudo se identifican: el de periferia y el de marginalidad.
La situación periférica es una calidad geográfica de un determinado espacio o lugar, que se fija siempre referida a un centro, cuya existencia y ubicación puede obedecer a razones geográficas, económicas, políticas o todas a la vez.
La condición marginal, en cambio, no es el efecto directo de una determinada posición geográfica. Es una condición urbana que adquiere una ciudad por su relación con el modelo de crecimiento, y que se caracteriza por la existencia de desequilibrios, en el interior de la ciudad, entre el asentamiento de población, los usos del suelo y la estructura urbana que los apoya.
Por tanto, así como la situación periférica, en cuanto que situación geográfica, es algo que viene dado una vez escogido el ámbito territorial de referencia, la condición marginal es el resultado de un proceso de crecimiento y de ocupación territorial durante un determinado periodo de tiempo, y que no siempre se da en ciudades situadas en posiciones periféricas respecto a la gran ciudad.
La lectura y comprensión del territorio donde se sitúa la ciudad de Santa Coloma por un lado, y el conocimiento de su proceso de formación coma ciudad, por la otra, se nos presentan como instrumentos imprescindibles para detectar cuáles son los aspectos y elementos específicos que han determinado y que caracterizan la situación actual de la ciudad.
LA CIUDAD Y EL TERRITORIO.
Santa Coloma se sitúa en el margen izquierdo de la cuenca del Besos, poco antes de que el río desemboque en el mar. Esta cuenca está formada por la unión de los ríos Congost y Mogent, a la que fluyen desde el Vallés, el Tenes, la Riera de Caldes y el Ripoll a la altura de Montcada i Reixac. Constituye una de las salidas naturales de Barcelona hacia el interior y hacia Francia, y presenta una topografía muy diferente en ambos márgenes.
En el margen derecho, el territorio es mucho más plano, formado por los pequeños valles de los afluentes que, con pendientes muy suaves, van a parar al Besos. En el margen izquierdo, en cambio, el terreno plano es solo una faja estrecha a lo largo del río, que únicamente se ensancha en los lugares donde los torrentes han formado una pequeña explanada al desembocar.
Esta diferente topografía ha sido determinante a la hora de construir las grandes infraestructuras territoriales de comunicación de Barcelona hacia el norte. Tanto el ferrocarril primero, como la autopista, después, han escogido siempre el margen derecho del Besos para implantarse. El otro canal de comunicación hacia el norte ha sido la línea de la costa, y se ha formado de este modo una bolsa no conectada a los dos canales de comunicación desde Barcelona.
La implantación de estas vías de comunicación ha comportado también que la localización territorial de las inversiones, de la riqueza, siguiera también estos dos canales. Así, vemos cómo es en el margen derecho del Besós, donde se encuentran los asentamientos urbanos más importantes de la cuenca: Montcada, Ripollet, Mollet, Granollers, en relación directa con la implantación de actividades secundarias y terciarias.
Las actividades económicas productivas, las industriales, poco a poco se van asentando, bien en el margen derecho, bien en la línea de la costa. Las pocas actividades instaladas al margen izquierdo son únicamente algunas de tipo marginal u otras suficientemente potentes como por no depender de la estructura territorial.
La única vía de comunicación del territorio que se extiende en el margen izquierdo del río Besos es el antiguo camino –ahora carretera- que va desde Sant Adrià a la Roca. Este camino, que durante todo su recorrido mantiene un dialogo equilibrado con el río, da soporte a los pequeños asentamientos urbanos que han aparecido en el margen izquierdo: Sant Adrià, Safareigs, Santa Coloma, Martorelles, Sant Fost, Montornès, Vilanova y La Roca.
Durante muchos años, el equilibrio entre la carretera y los asentamientos se ha mantenido. La desconexión entre este territorio y los grandes canales de comunicación ha favorecido, sin embargo, su ocupación por urbanizaciones de segunda residencia, tanto por las características paisajísticas y naturales del territorio como por el valor diferencial del suelo respecto al margen derecho y a la línea de costa.
Santa Coloma, que también experimenta un primer crecimiento para segunda residencia, está incluida desde 1953 en la comarca política de Barcelona y pasa así, contra su naturaleza territorial, a formar parte de una periferia de Barcelona donde se aboca todo el excedente de población que la gran ciudad no puede, o no quiere, albergar.
A partir del 1953 se produce una ruptura, una descompensación enorme entre Santa Coloma y el territorio del margen izquierdo del río. El gran crecimiento de población de Santa Coloma es inducido por el crecimiento de Barcelona, no por un desarrollo de su territorio natural. Este crecimiento, además, no va acompañado de las necesarias inversiones en infraestructura urbana; es, exclusivamente un crecimiento residencial. Quizás la anécdota visual que mejor explica esta descompensación es la visión de la masa urbana que es actualmente Santa Coloma colgando del hilo que representa el puente sobre el río Besos.
EL CRECIMIENTO DE LA CIUDAD.
El crecimiento urbano de Santa Coloma tiene tres momentos clave, tres puntos de inflexión, de diferente carácter, que permiten entender y explicar la situación actual. Estos momentos, que coinciden con aquellos en que se elaboró cartografía del término, corresponden: el primero, al inicio de la urbanización de las fincas rústicas que subían por la montaña en forma de ciudad-jardín; el segundo, a la conversión en ciudad dormitorio y paraíso de los especuladores, multiplicando la densidad con la que se había producido el crecimiento anterior; el tercero, a la parada de este proceso, con la crisis económica y el Plan General Metropolitano, cuando ya Santa Coloma había llegado a la forma actual.
El primer núcleo de Santa Coloma toma la forma de un asentamiento rural en los alrededores de la iglesia vieja, en el punto de cruce de los dos caminos principales: la Carretera de Sant Adrià a La Roca -por las actuales calles de Anselm Clavé y Santa Coloma- y el Camí Fondo de Badalona- por las actuales calles Major y Rafel de Casanova-. El camino a Sant Jeroni de la Murtra constituye el tercer eje de crecimiento de este núcleo.
En el extremo sur del término, el barrio dels Safareigs se forma a partir de un primer asentamiento rural situado en la carretera de Sant Adrià a La Roca y con una autonomía propia respecto al núcleo de Santa Coloma.
La construcción de la Iglesia Nueva, el 1915, y la apertura posterior del Paseo Mn. Jaume Gordi, generan la aparición de un primer ensanche del núcleo inicial, entre Anselm Clavé y Jaume Gordi, donde se asentara la primera burguesía de la ciudad. Este primer ensanche, de islas y parcelas muy estrechas, se continuará hasta formar la retícula actual que rodea el Mercado de Sagarra.
A partir de este momento y de esta situación, en la que Santa Coloma cuenta con 1.500 habitantes aproximadamente, se producen dos procesos de urbanización del territorio municipal muy diferentes.
A raíz de la construcción del primer puente sobre el Besós, la apertura del actual Paseo Llorenç Serra, permite la aparición de un segundo ensanche, esta vez formada por islas de grandes dimensiones, que se extiende desde la Carretera de la Roca hasta el río y entre los torrentes de la Pallaresa y de Can Jané. Ocupando la zona plana del municipio, este ensanche -los actuales barrios de Riu Nord y Riu Sud- posibilita un asentamiento mixto industria-habitacional que alberga el excedente de instalaciones fabriles de San Andreu.
La saturación del caso antiguo de la ciudad y la apertura del Paseo Llorenç Serra hacen posible la aparición de las primeras «variantes» de los dos ejes principales: la Carretera de La Roca, al llegar a la Plaça de la Vila, se desvía por el Paseo y por la actual Avda. Francesc Macià, en tanto que el Paseo Llorenç Serra y la Rambla de Sant Sebastià forman la alternativa viaria al camí Fondo hasta Badalona. Esta adaptación de los ejes viarios a los nuevos crecimientos, a la que volveremos después, es una operación clave para entender el desequilibrio actual de la ciudad.
El otro proceso de urbanización al que nos referíamos tiene un carácter totalmente suburbano: se trata de la parcelación de grandes fincas rústicas, situadas en el área montañosa, para ser convertidas en ciudades jardín para menestrales y pequeños comerciantes. La baja densidad con la que originalmente son concebidas, así como la obtención del máximo aprovechamiento, generan unos trazados viarios de mínima sección, que se enfilan por la montaña, con más o menos acierto dejando grandes espacios vacíos y teniendo como única finalidad permitir el acceso a las parcelas vendidas. No hay en el diseño de la red viaria de estas parcelaciones ningún intento de jerarquía, de estructura, de formación de ciudad. Únicamente, como ya hemos dicho, se abren calles para poder vender las parcelas con el mínimo coste posible.